miércoles, 7 de diciembre de 2011

SOMOS ESTRELLAS


El desarrollo religioso[1] es una obligación para hacer el ajuste que necesitamos de cara a un modelo de desarrollo sostenible.
Un edificio puede ser arquitectónicamente muy hermoso y funcional. Puede tener columnas, vigas y losas diseñadas estructuralmente para soportar las cargas vivas, las de su propio peso (cargas muertas)  y otras a que haya lugar, pero si no tiene un buen cimiento, el edificio no podrá levantarse. El desarrollo sostenible no puede levantarse si no tiene el cimiento adecuado y por ello, la sustentabilidad de la sostenibilidad debe ser la conciencia. Si hay otra, espero sus comentarios.
Sin con-ciencia no hay ciencia. Sin co-razón no hay razón. Conciencia y corazón son la sustentabilidad de la ciencia y la razón que requerimos para la construcción del desarrollo sostenible. Por eso, hay tan pocas luces en las oscuras cumbres que tratan del cambio climático y del desarrollo económico; el poder social sigue en el adormecimiento consumiendo desmedidamente y votando por los mismos partidos políticos; y una inmensa mayoría pidiendo ayuda Divina sin aplicar el adagio de “A Dios rogando y con el mazo dando”. Todos somos responsables de la sostenibilidad de la Humanidad, no solo unos cuantos.
Debemos Ser primero lo que Realmente Somos y luego podemos Tener el desarrollo sostenible que salva a la Humanidad de su propio  apocalipsis.
Tenemos un INSTINTO hacia lo Divino y dicha INSTITUCIÓN debe ser una expresión de la religión. Las instituciones religiosas tienen su razón de Ser en facilitar a la Humanidad el desarrollo de su instinto hacia lo Divino pero no deben convertirse en religiones per sé. Si no cumplen ese papel, la ley natural es la de su des-institucionalidad.  
Religión significa “ligar de nuevo”[2]. Culturalmente la Humanidad la ha utilizado para referirnos a “ligar de nuevo con lo Divino” aunque hay quién su religión es “ligar de nuevo con el dinero y el poder”, y así podríamos enumerar multitud de religiones que nos ligan a tantos placeres carnales[3]. En este amplio contexto religioso que respetamos de cara al libre albedrío, el desarrollo religioso aquí expuesto lo enmarcaremos en lo Divino. Somos libres de hacerlo.
Ligar de nuevo con lo Divino solo es posible en la experiencia espiritual. El ritual es una forma, el espíritu es el fondo, no te fijes en las formas sino en el fondo, no te fijes en los rituales sino en lo espiritual.
Cuando Newtón se le cayó la forma hecha manzana encontró en el fondo de la fuerza de gravedad su razón de caer. Las formas que vemos se caen por el fondo, de la fuerza de gravedad que no vemos. Cambia las formas y el fondo es inmutable. Así debe ser la verdadera religión. Cada cultura tiene la creatividad y la tradición para formar rituales pero todas ellas deben “ligar de nuevo” con lo espiritual y con dicha experiencia espiritual, adquirir el conocimiento suficiente para aplicarlo en la vida cotidiana de la comunidad.
Eso hacían los chamanes y eso deben hacer los sacerdotes. Y como cada Ser Humano es diferente, es responsabilidad del Pastor facilitar que cada una de sus ovejas viva dicha experiencia espiritual en forma autónoma y lo Divino le revele personalmente la sabiduría particular que debe aplicar en su propia vida. El verdadero pastor es un hijo de Dios que cuida las ovejas que también son hijos de Dios. Las ovejas no son propiedad del pastor ni el pastor tiene el derecho de entrometerse en la relación personal del Padre y sus hijos.
Si tu pastor no respeta tu instinto natural hacia lo Divino, cambia de pastor. Si el nuevo pastor no lo hace, ni los demás pastores tampoco, cambia de institución religiosa más mantén presente siempre tu religión, tu deseo ferviente de “ligar de nuevo” con lo Divino. Si las demás instituciones religiosas no lo hacen, se tu mismo tu propia religión. Eso hizo Jesús, Mahoma, Buda, el Dalai Lama, Moisés y los patriarcas hebreos, Confucio entre otros y a partir de sus conocimientos adquiridos por esta experiencia espiritual, se montaron las instituciones religiosas en el mundo.
"Sabiduría ante todo. Adquiere sabiduría. Y antes que toda posesión, adquiere entendimiento" Proverbios 4:7
“¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo de mí mismo: mas el Padre que está en mí, él hace las obras.” Juan 14:10

¿Sabes porque no hacemos obras mayores a las que hizo Jesús y pudiendo hacerlo según la promesa del Maestro? Porque nos quedamos en el ritual y no trascendemos en lo espiritual; nos fijamos en las formas y no en el fondo; enaltecemos a las instituciones religiosas y no a la religión; nos volvemos religiosos sin religión verdadera dando paso a la carencia espiritual. Utilizando el versículo anterior de Juan, las palabras que hablamos las hablamos de nosotros mismos, con nuestros razonamientos y sentimientos, más no del Padre que aunque está en nosotros, no lo dejamos hablar por buscar nuestros tesoros lejos de nosotros mismos.

Buscamos el tesoro fuera de nosotros mismos y en este modelo de desarrollo con base en el crecimiento económico, el país líder en el mundo tiene un Secretario del Tesoro y en su billete unitario “el ojo que todo lo ve”. Tienen la libertad de tener una religión de dinero y poder pero el que ama su libertad, el que se ame a sí mismo, el que ame a su familia y al prójimo y el que ame al Dios que construyo toda la naturaleza donde vivimos, debe amar la religión que lo “ligue de nuevo” con lo Divino y con la conciencia adquirida por esa experiencia espiritual, hacer obras que reflejen el espíritu vivo que vive en él.

No es un país gobernante, son personas gobernantes que tienen su gobierno por culpa de la religiosidad hacia las formas (consumismo) de un poder social dormido. No culpes a nadie de nada. Ama a tus amos, perdónalos y si se arrepienten, con ellos mismos podemos hacer el ajuste hacia una Humanidad sostenible. ¿Por unos pocos padecemos 7.000 millones de almas? ¿Dónde están los líderes de las instituciones religiosas en estos cruciales momentos? ¿Qué movilización está haciendo tu institución religiosa que ama a la Humanidad?

¿Estás pidiéndole  a Dios su bendición económica para consumir, consumir y consumir, a costa de la insostenibilidad de la Humanidad? ¿Estás pidiéndole  a Dios su bendición económica para que tus clientes te consuman, consuman y consuman, a costa de la consumación del mundo? ¿Qué tipo de Dios es aquel que desea bendecir a todos sus hijos económicamente a costa de la propia destrucción de la Humanidad? ¿El cambio climático es una fantasía? ¿Si ves la paradoja y encrucijada en que estamos por un modelo, una creencia de un economista? ¿No es hora de cambiar esa creencia o te quieres realmente suicidar y contigo llevarte por delante a tus hijos que te matas trabajando por ellos para llenarlos de satisfacciones muy por encima de sus necesidades?

Después de contestarte estas preguntas, te invito a que reflexiones con el corazón y la razón la siguiente información:

“…los flujos de calor del núcleo terrestre son los que crean los campos magnéticos, que protegen a la superficie terrestre de la radiación solar, y sin los que la vida en la Tierra no podría darse.”[4] El Sol junto con el núcleo terrestre genera un campo electromagnético que sostiene nuestro planeta en el sistema solar en armonía con los demás planetas. Así mismo, lo hace con cada uno de los planetas y satélites lunares. De igual manera, el sistema solar se mantiene suspendido en el espacio por fuerzas gravitatorias invisibles pero medibles con otros sistemas solares y así está conformado todo el infinito Universo físico.

El Universo Físico es una “red de luz” unida por fuerzas invisibles gravitatorias. Lo más hermoso de todo esto es que nosotros hacemos parte de esta red. Así como las capas terrestres son el “cuerpo físico” que sirve de caparazón al “cuerpo de luz” del Planeta Tierra, nuestro cuerpo físico es un caparazón de un centro de luz que nos une al Planeta y a todo el Universo Físico.  En nuestro interior ese centro de luz se refleja en el plexo solar, centro energético ubicado en la boca del estomago que coincide con el centro de gravedad del cuerpo humano[5]. Los centros energéticos o chacras tienen una correspondencia con el sistema endocrino que rige el bienestar emocional, mental y físico[6].

No podemos separarnos de la luz Divina. Somos la luz y eso es lo que significa somos hechos a imagen y semejanza.

La luz solar no la vemos pero al hacerla pasar por un cristal la descomponemos en los 7 colores básicos y eso es lo que ocurre con las gotas de agua que nos reflejan el hermoso arco iris. Ser luz es poseer estas 7 luces que son manifestadas en los centros energéticos o chacras. Armonizar éstos chacras es armonizar la luz que somos en forma consciente y quién lo hace consigue la maestría del Maestro.

Todo el Universo Físico vibra en una multitud colorida de diferentes frecuencias,  rojo, naranja, amarillo, verde, azul, violeta y blanco con sus diversos matices. Nuestros sentidos podrían percibirlos si los ejercitáramos con la experiencia y no se quedaran tan dormidos con tanta información.

Somos una estrella, brillamos con la luz propia de la Divinidad. Cuando no somos conscientes de esto, estamos en la oscuridad. Si tenemos conciencia, el interruptor está en ON y aprovechas la energía vital del Universo que contiene información. Esto es la experiencia espiritual. Si estamos dormidos, el interruptor está en OFF y solo tenemos la energía vital necesaria para vivir y poco a poco va diluyéndose hasta envejecer y morir. En OFF la información que recibimos es la de nuestros gobernantes, profesores, sacerdotes, políticos, científicos, padres, amigos, enemigos, hermanos, amantes, novios, esposos, hijos, libros, libros sagrados pero NUNCA del Espíritu y menos cuando los psiquiatras dicen que no puedes oír voces porque estas demente.[7]

El desarrollo de la religión debe implicar facilitar a todos esa comunicación espiritual que tanto anunciaba Jesucristo y que fue el mensaje básico del apóstol Pablo en el nuevo testamento del libro sagrado de los cristianos. Por los frutos conocemos y conoceremos los falsos profetas.

Por último un mensaje del Maestro Jesús en el Libro de Urantia[8], que espero ahora lo comprendas con otros sentidos espirituales:

«Yo soy la luz del mundo. El que me sigue, no andará en tinieblas sino que tendrá la luz de la vida. Presumís enjuiciarme y sentaros para juzgarme, y declaráis que, si doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no puede ser verdadero. Pero la criatura no puede enjuiciar al Creador. Aunque doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es eternamente verdadero, porque sé de dónde vine, quién soy, y a donde voy. Vosotros, que queréis matar al Hijo del Hombre, no sabéis de dónde vine, quién soy ni a donde voy. Vosotros juzgáis sólo por las apariencias de la carne; no percibís las realidades del espíritu. Yo no juzgo a ningún hombre, ni siquiera a mi archienemigo. Pero si decidiera juzgar, mi juicio sería verdadero y recto porque yo no juzgaría solo, sino con mi Padre que me envió en el mundo, y que es la fuente de todo juicio verdadero. Aun vosotros decís que se puede aceptar el testimonio de dos personas confiables: pues bien, yo atestiguo estas verdades; y también lo hace mi Padre en el cielo. Y cuando ayer yo os dije esto mismo, en vuestras tinieblas me preguntasteis, '¿dónde está tu Padre?' En verdad no me conocéis a mí ni a mi Padre, porque si me conocierais a mí, también conoceríais a mi Padre.

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