domingo, 21 de agosto de 2011

La Nueva Tierra - Introducción

Debemos construir una Nueva Tierra y de no ser así, la sostenibilidad de la actual raza Humana sobre el Planeta Tierra está en entredicho.
La arqueología ha encontrado hasta ahora restos de Humanidad desde hace 2,5 millones de años, en lo que se ha denominado la era de piedra, período paleolítico; y nunca como  hasta ahora, la Humanidad ha tenido la mayor población comunicada en forma instantánea.  Hemos desarrollado tecnología que permite conocer que está pasando en tiempo real, en cualquier lugar del mundo. Hemos pasado de la talla de la piedra a la era del internet y sin embargo, nunca como antes, la Humanidad ha estado más perdida de su naturaleza espiritual.
Hoy el mundo entero sabe que en África están siendo afectadas 12 millones de almas por la hambruna y no ha tenido el despliegue ni la movilización que generó el mayor “impacto social” de lo que llevamos del siglo: el matrimonio del príncipe Guillermo y Kate Middleton que lo vieron en vivo más de 2 mil millones de almas en el mundo, apreciando como se gastaban en unas horas, aproximadamente ¡127 millones de dólares!. El cuento de hadas nos extasiaba mientras que la realidad africana nos hartaba. Dice el libro sagrado de la mayor religión del mundo, el cristianismo, incluyendo la rama protestante del país monárquico que protagonizó dicha boda real, que por sus frutos conoceremos los falsos profetas y que cuando desconocemos a aquellos que tienen hambre y necesidades, desconocemos al reino de los Cielos.
Hoy la Humanidad está más pobre espiritualmente que la Humanidad de la edad de piedra.
Esta Humanidad moderna del siglo XXI, desconoce el alma, a su propia alma, a la fuerza vital que anima a todos los seres vivos, incluyendo la Naturaleza, tanto en sus aspectos bióticos (fauna y flora) como abióticos (agua, aire, tierra, fuego o energía solar). Esta Humanidad moderna de principios del siglo XXI tiene en su corazón al “becerro de oro” en medio de una religiosidad en el mejor de los casos y en su inmensa mayoría, en medio de la ausencia de cualquier acercamiento a lo Divino. Ver para creer fue el axioma que el racionalismo científico vendió y que la Humanidad compró. Le vendimos el alma al Diablo a través de la ciencia que modela el “desarrollo”, aceptando los valores económicos y la racionalidad de solo creer en lo que se ve.
Por el Principio Universal de la Polaridad, en ausencia de la oscuridad, la luz no sería luz y en ausencia del “becerro del oro”, lo espiritual no sería espiritual. Estamos en la polaridad de la Edad de Piedra y por consiguiente, cercanos a una transformación espiritual sin antecedentes.
Caímos en una trampa, de la cual podemos y tenemos que salir. A quién nos tendió la trampa en compañía de su legión, debemos agradecer y amar, porque en ausencia de su trampa, estaríamos muy lejos de la espiritualidad que requiere la Nueva Tierra. No importa su nombre ni su motivación. Requerimos solo de reconocer la trampa y por sus frutos los conoceremos. Y al hacerlo, debemos recordar un principio del Maestro de maestros, cuando nos enseñó que debemos amar a nuestros enemigos y perdonar setenta veces siete. Al fin de cuentas, caímos en la trampa por culpa nuestra al aceptar unas ideas como ciertas y no pasarlas por el tamiz de la espiritualidad.
Debemos empezar a ser responsables de nuestras acciones y decisiones. Responsabilidad es responder por nuestros actos. Si aceptamos la creencia de que la libertad no es un acto natural del Ser Humano sino una condición ganada por un libertador que nos libera de un estado de esclavitud y le entregamos nuestra nueva libertad a ese nuevo libertador para que sea gobernada, es nuestra responsabilidad hacernos esclavo de un nuevo dictador, por más disfraz de oveja que tenga este lobo.
La falta de responsabilidad de nuestras vidas nos hace vulnerables a quién desee gobernarnos para satisfacer un deseo de poder. Sólo nos venden unas ideas liberadoras para hacernos creer que ellos tienen como misión de vida, salvaguardar nuestra libertad. Venden el miedo en medio de la irresponsabilidad por la vida y tienen como premio un esclavo durmiente y apacible que se hace matar por las horas al sol que le permiten tener durante el día.
El temor a la espiritualidad es adormecido por lo prolijo de la religiosidad. El temor de la pobreza es adormecido por un discurso prolijo de la ciencia económica. ¿Qué mayoría se atreve a creer que el temor a Dios es la causa del enriquecimiento religioso y el empobrecimiento espiritual? ¿Qué mayoría se atreve a creer que el desarrollo económico medido en PIB[1] no es un buen indicador de quién está promoviendo nuestra libertad económica? Cómo minoría preguntamos, ¿acaso el crecimiento del PIB señala la concentración de riqueza, mide la inequidad social o el desarrollo humano o la huella ecológica para continuar consumiendo como el modelo de desarrollo nos invita a consumir?
La racionalidad de las “ciencias modernas” solo permite ver las partes individuales separadas de un todo. El pensamiento holístico las integra. Sin embargo, el principal enemigo del pensamiento intuitivo que nos regala el holismo es la racionalidad  Veamos algunos ejemplos de ver el todo y no las partes por separado:
ü  Nacemos de una relación sexual y por consiguiente, nuestra naturaleza es sexual. Crecemos y segregamos en forma natural hormonas que cambian nuestro cuerpo y lo preparan para la reproducción, despertando todo tipo de emociones y sensaciones desde nuestra naturaleza sexual. Aceptamos una creencia de que el sexo separó a la Humanidad de Dios y que solo a través de la religión es posible el perdón de los pecados y la vida eterna en el cielo. En medio de la experiencia cotidiana de nuestra sexualidad nos sentimos “culpables” ante los ojos santos del Dios que creó este cuerpo que siente lo que sentimos. Esa culpabilidad nos hace sentir mal, el amor propio nos abandona y nuestra naturaleza espiritual la reemplazamos por la religiosidad. Aceptamos que el que reza y peca empata, que la misa del domingo y un Padre Nuestro nos quita la mancha y pedimos misericordia por nuestras faltas. Sin darnos cuenta, estamos en una paradoja con nuestra naturaleza sexual y espiritual que traerá como consecuencia, la separación con nuestra naturaleza Divina a imagen y semejanza del Dios que tememos pero que amamos. Aceptamos entonces que el temor y el amor van cogidos de la mano y por consiguiente, el amor trae en sí el sufrimiento. Aceptamos parejas emocionalmente inestables y relaciones nocivas, solo porque también somos inestables moviéndonos entre el amor y el temor, como si fueran uno solo. De aquí surge toda la violencia que el mundo moderno conoce, se perdió el SER y es reemplazado por el deseo de TENER como una medida que mitigue este crujir de dientes. Y de hecho, vamos a misa, o al culto y rezamos, oramos, alabamos y nos extasiamos para recibir la bendición semanal de que nunca falte el TENER y haya la misericordia Divina de que en caso de que nos coja la muerte, se nos perdonen las faltas y nos reciban en el Cielo, la Nueva Tierra prometida para vivirla después de la muerte. Esperamos que en la muerte podamos vivir la abundancia de alegría y paz que en vida no tuvimos. El temor a Dios beneficia a muchos libertadores que promueven el mesianismo de nuestra libertad y les entregamos nuestra libertad.
ü  El crecimiento económico como eje fundamental del desarrollo humano que promueve nuestra libertad, es medido por el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB). Si las empresas se tecnifican, disminuyen los costos de producción y son más productivas, van a tener mayores excesos económicos al fin del año. El valor monetario de la producción de bienes y servicios de las empresas se reflejan entonces en un mayor PIB. Pero el dinero circulante en una economía es finito, es limitado, y por consiguiente, a mayores riquezas de las empresas hay mayores concentraciones de dinero en menos manos de las muchas manos que tiene el país. Las muchas manos tienen que sobrevivir con el dinero que quede y año por año, esta concentración es mayor al igual que la inequidad social. A mayor tecnología, menor mano de obra y menor salarios y mayor desempleo. Para acumular mayor dinero se produce mayor publicidad y conciencia colectiva consumista, generando mayor envidia, mayor violencia que a la larga genera menor inversión y a menor inversión y mayor pobreza menos consumo de capital, mayor caída de bolsas, mayor crisis económica. El dinero no se evapora en una crisis económica, solo deja de generar rentabilidad al no haber inversión, entre otras causas por la mayor violencia, mayor desempleo y es así como el círculo vicioso se completa y rodará y rodará sin parar. La inequidad social promueve las luchas internas y externas de los países y así se benefician muchos libertadores que promueven el mesianismo de nuestra libertad y les entregamos nuestra libertad.
Dice un famoso texto: “La política no tiene nada de común con lo moral. Un jefe de Estado que pretenda gobernar con arreglo a leyes morales, no es un hábil político, por consiguiente, no está bien seguro en su trono. Todo el que quiera gobernar debe recurrir al engaño y a la hipocresía. En política, las grandes cualidades humanas de honorabilidad y sinceridad, se convierten en vicios que destruirán a un soberano con mucha más seguridad que lo puedan hacer sus más crueles enemigos.”  Podríamos ampliar el nombre de jefe de Estado, ha altas jerarquías eclesiásticas de cualquier religión y tendrían el mismo sentido. Y antes de despotricar de algún político o jerarquía eclesiástica, deberíamos de preguntarnos ¿Porqué hemos entregado nuestra voluntad libremente y hemos renunciado a nuestro poder de Ser lo que realmente somos y que sea nuestra naturaleza espiritual la que nos gobierne y así seamos REALMENTE LIBRES?
¿Qué significa que el verdadero Maestro de la religión más popular del mundo nos invite a que sea la verdad la que nos haga libres y nos prometa que “… yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. (Juan 14:16,17)”
Hay políticos, jefes de Estado y pastores eclesiásticos cansados de tanta oscuridad y que están buscando la luz y son verdaderos profetas. Hay otros profetas que sus frutos nos señalan por sí solos su engaño e hipocresía. Debemos volvernos hacia nuestro interior, reconocernos, tener amistad con el Espíritu de verdad, hacernos libres, reconocer los falsos profetas, ayudar a otros para que los reconozcan, amarlos, perdonarlos, quitarles el poder que les hemos dado recuperando el poder de nuestra libertad a través de la espiritualidad, gobernar nuestras propias vidas, dar frutos de testimonio, facilitar a otros que se reencuentren consigo mismos, generar una conciencia colectiva espiritual, transformar nuestras religiones, nuestros gobiernos y empresas, a través de líderes espirituales, y construir una conciencia colectiva ecológica que genere la sustentabilidad al promover el desarrollo del Ser, el desarrollo social, el desarrollo ambiental y el desarrollo económico que nos conduzca a una transformación social sostenible, para el bien individual, de nuestras familias y amigos, de la comunidad, de todos, y especialmente de los nietos de los nietos de todos. Esta es la Nueva Tierra. El Cielo en la Tierra, viviendo el Paraíso terrenal, en medio de la espiritualidad y así volviendo a reconciliarnos con el Dios Padre y Madre.
Si realmente amamos a nuestros hijos, debemos de pensar en la vida de los nietos de nuestros nietos.
La historia se escribe con los acontecimientos diarios de cada generación y hoy estamos en un momentos histórico, el más especial de todos, dado que definimos la permanencia de la Humanidad. Nunca el mundo ha estado tan comunicado en forma instantánea como hoy lo estamos y por consiguiente, el destino colectivo[2] nunca se ha definido como hoy debemos hacerlo.
Dicen por ahí que uno por los hijos se hace matar. Tal vez, eso nos está pasando. Nos estamos matando y estamos llevando a la muerte a nuestros hijos también y no hay seguridad de que nazcan los hijos de nuestros hijos que son nuestros nietos y menos los nietos de nuestros nietos. Considero que un verdadero padre debe pensar también en los nietos de nuestros nietos si es verdad que tanto amamos a nuestros hijos. Y cuando hablo de padres incluyo papás y mamás. Por mi parte considero que uno por los hijos, debe vivir, vivir y vivir y hacer vivir a su generación.
Hoy estamos de fiesta en nuestro país Colombia. El 7 de agosto de 1819, el ejercito libertador bajo la comandancia del general Simón Bolívar libró la batalla de Boyacá contra el ejercito expedicionario de la reconquista española que dio origen definitivo a la Independencia del norte de Suramérica, dado que inspiró luego a la batalla de Carabobo en Venezuela, Pichincha en Ecuador, Junín en Perú y Ayacucho en Bolivia. Con la Nueva Tierra hacemos homenaje a todos los hombres y mujeres que murieron en nombre de la Libertad y muy especialmente a Jesús de Nazareth quién debe ser el Libertador por excelencia, el que murió por nuestra libertad. No conozco en la historia de la Humanidad un hombre de estas altas condiciones espirituales y que no en vano, agradecemos a las religiones Católica, Protestante y Ortodoxa el que nos hayan ayudado a recordarle y qué decir de la historia de los judíos, los esenios, el Islam y el Hinduismo que tienen serias relaciones históricas con el nombre de Jesús. 
La Nueva Tierra la construye cada uno en su propia vida y entorno. Vivo en la ciudad de Medellín (Colombia), capital del Departamento de Antioquia que limita al occidente con Panamá y Centroamérica. Somos en su mayoría seguidores de Jesús, unos desde las religiones tradicionales y otros como yo, desde el espíritu. La nomenclatura de nuestras calles y carreras principales están bautizadas en homenaje a la Campaña Libertadora de Simón Bolívar. Aquí encontrarás carreras (vías públicas orientadas sur-norte) como Carabobo, Junín, Palacé, El Palo, Niquitao, Tenerife, entre otras; y como calles (vías públicas orientadas oriente – occidente) Pichincha, Ayacucho, Bomboná, Maracaibo, Maturín, Calibío, Juanambú y hay más. Qué decir de calles y carreras con nombres de Colombia, Bolivia, Perú, Ecuador, Argentina, Caracas, Bolívar, Sucre, Girardot, Córdoba y más. En mi ciudad, en sus calles y carreras está escritas la historia de la conquista libertadora de los invasores españoles que llegaron a nuestras tierras hace 500 años, imponiendo a sangre y muerte, sistemas religiosos tratando de arrasar con la espiritualidad ancestral que hoy todavía vive en Indoamérica y que por el contrario, cada día tiene más adeptos. Saquearon el oro de nuestras tierras en nombre de los Reyes Católicos de España pero no saquearon su espiritualidad, aunque hayan hecho una gran mella en la conciencia colectiva de los pueblos latinoamericanos. Y es por eso, que Benedicto XVI a principios de este año 2011, pidió perdón a la Humanidad por los abusos cometidos por su Iglesia en la Edad Media[3]. Como hijo de América, aceptamos el perdón y como el arrepentimiento viene acompañado de la petición del perdón, sabemos que la Iglesia Católica evolucionará hacia el fiel cumplimiento de su misión: re-ligar el Espíritu de Verdad a todos los cristianos, para que en el interior de cada corazón sea el Consolador, el verdadero pastor de todos los cristianos.[4]
Las religiones son puentes entre la dimensión física y la espiritual. Son un medio no un fin. La invasión española trajo secuelas para los latinoamericanos e indoamericanos que hoy en día es necesario trascenderlas si deseamos construir la Nueva Tierra. Y es esta característica la que nos une, la generadora de común-unidad, la comunidad que requiere una nueva Conciencia Colectiva enfocada en un destino colectivo que la potencie ante el mundo en forma sustentable y sostenible para el bien de toda la Humanidad.
La Nueva Tierra es el hogar de una Humanidad que viva en plena conciencia colectiva de sus atributos esenciales: espíritu, mente y cuerpo.  Además, que conviva en armonía con el Ambiente y siendo responsable para que dicha convivencia sea viable de generación en generación. La Nueva Tierra es el Cielo en la Tierra, es el regreso al Paraíso, al Edén profetizado por diversas religiones en todo el mundo.
Podemos y tenemos todas las condiciones para que en América surja una Nueva Tierra que transforme el actual mundo y sea una realidad la Nueva Tierra.
El cantante Nino Bravo lo profetizaba cuando cantaba:
“Donde brilla el tibio sol
con un nuevo fulgor
dorando las arenas.
Donde el aire es limpio aún
bajo la suave luz
de las estrellas.
Donde el fuego se hace amor,
el río es hablador
y el monte es selva.
Hoy encontré un lugar para los dos
en esta nueva tierra.

América (América, América).
Es América (América, América).
Todo un inmenso jardín,
eso es América.
Cuando Dios hizo el Edén
pensó en América.
Cada nuevo atardecer
el cielo empieza a arder
y escucha el viento
que me trae con su canción
una queja de amor
como un lamento.
El perfume de una flor,
el ritmo de un tambor
en las praderas.
Danzas de guerra y paz
de un pueblo que aún
no ha roto sus cadenas.

América (América, América).
Es América (América, América).
Todo un inmenso jardín,
eso es América.
Cuando Dios hizo el Edén
pensó en América.
América (América, América).
Es América (América, América).
Todo un inmenso jardín,
eso es América.
Cuando Dios hizo el Edén
pensó en América.
América...- “[5]
Nuestros hermanos norteamericanos se han apropiado del nombre de América y se consideran americanos. Realmente lo son pero no son los únicos. Yo soy americano y todos los que nacimos en este continente desde el cabo de Hornos en la Patagonia hasta el estrecho de Bering en Alaska, somos americanos.
A los hermanos norteamericanos los invadieron los ingleses y tal vez por eso tienen una conciencia colectiva diferente a la conciencia colectiva del resto de americanos que fuimos educados con base en la conciencia colectiva española. La diferencia radical de ambas culturas invasoras ha sido la religión. Hay tratados completísimos de esta situación, a la cual debemos incluir a los portugueses en Brasil y las religiones de los descendientes africanos que llegaron a ese hermoso país.
Los norteamericanos acogieron las costumbres inglesas y son pocos ahora los que valoran sus ancestros indoamericanos. La mayoría norteamericana acogió la religión protestante anglicana mientras los latinoamericanos nos sometimos a la católica que profesaba los Reyes Católicos de España. Quién desee ahondar sobre estos cruciales temas que definieron creencias y conciencias colectivas, lo invito a que estudie “La ética protestante y el espíritu del capitalismo” de Max Webber entre 1904 y 1905 en el que se puede leer: “...] los católicos participan también en menor proporción en las capas ilustradas del elemento trabajador de la moderna gran industria. Es un hecho conocido que la fábrica nutre las filas de sus trabajadores más preparados como elementos procedentes del pequeño taller, en el cual se forman profesionalmente, y del que se apartan una vez formados; pero esto se da en mucha mayor medida en el elemento protestante que en el católico, porque los católicos demuestran una inclinación mucho más fuerte a seguir en el oficio en el que suelen alcanzar el grado de maestros mientras que los protestantes se lanzan en un número mucho mayor a la fábrica, en la que escalan los puestos superiores del proletariado ilustrado y de la burocracia industrial.”[6]
De esta lectura podríamos comprender porque los norteamericanos son industriales y dueños de las empresas mientras los centroamericanos y suramericanos son empleados sujetos a un salario.
Las creencias generan una conciencia colectiva que determina el futuro de continentes. Y es ahí donde nuestras creencias definen nuestro desarrollo y futuro por lo que debemos cuestionarnos si con dichas creencias está garantizado el desarrollo del Ser y de la Humanidad en forma integral. Cambiando la conciencia colectiva cambiará el futuro partiendo de la base de que la suma de las conciencias individuales genera una conciencia colectiva que es mayor a la suma de las partes.
Las creencias determinan las ideas, las ideas los pensamientos, los pensamientos las emociones, las emociones los hábitos, los hábitos nuestras acciones y las acciones los resultados. Si los resultados no son satisfactorios debemos cambiar nuestras creencias.
La experiencia valida el conocimiento y la actual realidad nos esta gritando que la sostenibilidad de la raza Humana está en riesgo de seguir habitando este Planeta Tierra con base en el actual modelo de desarrollo que orientan los países desarrollados. Luego, las creencias de la ética protestante y de la ética católica y de la ética de todas las religiones que existen en el mundo y de aquellas ateas, deberían reflexionarse, dado que lo que vemos en el mundo es un espejo que refleja algo muy oscuro en el interior de las creencias de los seres humanos.
Cambiar el modelo de desarrollo implica necesariamente reflexionar en el desarrollo del Ser. El interior del Ser se ve reflejado en el exterior y como nadie puede dar lo que no tiene, nadie podrá cambiar lo exterior sino cambia lo interior. El desarrollo del Ser por consiguiente reflejará transparencia y con ella viene asida de la mano, la verdad.
El modelo de desarrollo que hoy ostentamos no es transparente y por ello no tiene reparos en cuestiones políticas que carecen de moral. La China es el ejemplo de que la común-unidad del modelo del desarrollo con base en el consumismo de bienes de capital, genera comunidad entre países comunistas y capitalistas. La experiencia muestra que solo lo político es reparable cuando una de las partes ostenta un poder adicional como podría ser la producción de petróleo en donde lo político ha sido la excusa para crear guerras y a través de ellas, controlar la materia prima del capitalismo: el petróleo.
El actual modelo de desarrollo promueve el TENER por encima de cualquier cosa, incluyendo el SER. Y parece una paradoja que Max Webber que con sus ideas promovió el capitalismo moderno, baso este modelo de desarrollo en una ética religiosa. Embolatamos al SER en búsqueda del TENER sin tener la conciencia que es el SER el que produce el TENER. La dimensión mental crea la dimensión física, luego el FONDO domina las FORMAS y en consecuencia el Ser en forma natural crea el Tener. De esta manera, la búsqueda del Ser en el Tener carece de sentido y por lo tanto, debemos de reencontrarnos con nosotros mismos en el interior del Ser y reflejarlo en el exterior de las formas físicas.
La estética del mundo actual refleja poca ética. Sin embargo, es incuestionable que la estética del mundo debe reflejar la ética de los que lo habitan. Y eso me permite reflexionar sobre la forma del HACER. Esta reflexión parte de una pregunta que todos nos debemos contestar: ¿Qué debemos hacer para transformar esta realidad que no está garantizando la sostenibilidad de la Humanidad en el Planeta Tierra? Considero que la  respuesta está en el cimiento en que se apoya el HACER: si se apoya en el sustento del TENER o se apoya en el sustento del SER o se apoya en la unión de los dos.
La racionalidad apartó el SER del TENER. Hemos faltado al primer mandamiento del libro sagrado de los cristianos al colocar dioses ajenos delante de nosotros y es así como hemos endiosado a la ciencia y aceptado que debemos ver para creer. Luego hemos colocado al TENER en forma predominante sobre el SER. Hemos aceptado como verdad la educación de que el SER hace parte de la dimensión subjetiva y que nada tiene que ver con la dimensión objetiva del TENER y por eso, se da prioridad a la objetividad de la racionalidad de la ciencia por encima de la subjetividad de la intuición y la espiritualidad, creando un mundo desde este enfoque y con ello, perdimos la estética de la ética.
Es un error demostrado por la experiencia separar al TENER del SER y por consiguiente, el HACER debe sustentarse en el SER para poder TENER en forma sostenible. La solución de todos los problemas está en el pleno desarrollo del Ser, que incluye lo espiritual y lo físico, a través del viaje subjetivo de la mente.
Los pensadores racionales de la ciencia dicen que la religión es la encargada de esos menesteres del desarrollo del Ser, mientras que la ciencia social, política y económica, las encargadas del desarrollo de las naciones Pero lo social parte del Ser (ser + seres = social) y como nadie puede dar lo que no tiene, sin el desarrollo del Ser, el desarrollo social es una quimera, una ilusión, una mentira vendida y encubierta como objetivo principal del modelo de desarrollo actual. Y prueba de que esto es cierto, es que dado que lo externo refleja lo interno, la estética externa del mundo actual refleja lo lejano que estamos de la ética del Ser.
Por falta de ética, tenemos temor de que nos falte el tener, lo acumulamos, codiciamos, acaparamos sin darnos cuenta que la materia prima de todos los bienes de capital provienen de los recursos naturales y que sin ellos, no habría vida para nadie. Nos estamos suicidando colectivamente y por falta de responsabilidad con nuestras propias vidas, hemos entregado a los libertadores, la solución del problema que ellos mismos han ocasionado.
Crear el caos y luego dar una solución al mismo, es una estrategia de guerra de los libertadores de baja moral y faltos de ética universal para perpetuar su poder sobre nosotros. El anticristo modelando el desarrollo.
La ética religiosa protestante, católica, ortodoxa, judía, islámica, budista, hinduista y en general de las religiones y sectas del mundo entero tienen su razón de ser en hacer viva la palabra religión. Religión viene del latín religio y ésta de religare que significa re (de nuevo) y ligar (unir), esto es, de nuevo unir. Pero ¿qué debemos de nuevo unir? Debemos de nuevo unir lo espiritual (lo que no se ve) con lo físico (con lo que se ve). Las religiones deben de facilitar la unión de lo físico con lo espiritual; ejercer de puente y no de fin. Pasando el puente, tenemos la experiencia de lo espiritual y desde ahí, accedemos a lo intuitivo, lo subjetivo, lo desconocido que al hacerse conocido permite llevar la luz que surge en el interior del Ser hacia lo externo que aprecian todos. Llevamos la ética interna a la estética externa y en la apreciación de los frutos del profeta, surge la emulación que permite la generación de la energética, de la sinergia de unos y otros para construir una conciencia colectiva, hacia una visión de un destino colectivo.
Ética, estética y energética son los vértices del triángulo equilátero y equilibrado que permite la construcción de la Nueva Tierra como destino colectivo.
Hablar de energética para crear conciencia colectiva nos lleva a hablar de campos electromagnéticos. Campos que generan energía y magnetismo produciendo la chispa que hace encender la pasión de la acción.
La ética del desarrollo del Ser produce re-creación, procesos creativos potenciados por la racionalidad y la intuición que alimentan la imaginación. Es una paradoja que el científico Einstein nos haya enseñado que la imaginación es más importante que el conocimiento. Esta imagen mental, esta nueva visión, genera la pasión, el fuego suficiente en el corazón para crear acción. Un plan de acción diseñado para alcanzar objetivos concretos, con  estrategias, actividades, tiempo, recursos, indicadores, responsables, auditorías, controles y decisiones pertinentes a la dinámica del cambio. Esta acción deja de ser una actividad rutinaria del tra-bajar y trasciende a una dinámica que permite la comunicación de la actividad lab-oral, la coordinación de quienes lab-oran y la colaboración de los colab-oradores. 
Pasamos de las máquinas adormecidas del tra-bajo y los tra-bajadores, a los seres humanos con propósitos trascendentales. Y cuando hacemos lo que nos gusta, entramos en gozo, el mejor clima organizacional que podemos tener.
Recreación, acción y gozo son las manifestaciones de la ética, la estética y la energética y trasciende el trabajar, trabajar y trabajar que es una condición esclavizante que promueven los libertadores, y que motivan a su rutinario cumplimiento, como la única forma de ganarse el pan con el sudor de la frente, asumiendo el castigo Divino al desobedecer nuestros primerizos padres a los Dioses.
El proceso de recreación, acción y gozo es una estrategia para crear campos electromagnéticos, es decir, climas organizacionales y/o colectivos, donde cada Ser Humano coloca liberalmente sus dones y talentos, sus energías, para sumarlas a otros y en equipo, generar la sinergia suficiente para atraer el objetivo colectivo deseado.
Consideramos que la Nueva Tierra requiere de nueve  campos:
ü  El campo de la Nueva Teología como sustentabilidad, que permita religar la dimensión espiritual con la dimensión física, generando el desarrollo del Ser y manifestado a través de un proyecto de vida individual, con base en dones y talentos, colocados al servicio de la comunidad y de un destino colectivo que genere un desarrollo sostenible a la Humanidad. Es la acción de unir el alma con las manos en forma consciente, creando arte, como lo expresaba Leonardo Da Vinci. Es la expresión de ética a través de la estética. Es evolucionar la conciencia.
ü  El campo de la Nueva Transmutación, en donde tomamos conciencia que todo es energía obediente a una conciencia. El mismo Einstein indicó que la masa es solo una manifestación de la energía y la luz. Es reconocer la energía sexual como generadora de sinergia atrayendo las almas afines, el desarrollo de pareja, de la ayuda idónea a partir del amor propio.
ü  El campo de la Nueva Tenencia, trascendiendo el concepto de dueños de la tierra a mayordomos de la misma. Cuidamos el hogar llamado Planeta Tierra para que vivan nuestras familias y las nuevas generaciones en medio de la convivencia con el ambiente y la comunidad. La Humanidad es una gran familia compuesta por pequeñas y sanguíneas familias. Es tener una conciencia ecológica.
ü  El campo de una Nueva Tranquilidad donde hemos trascendido la riqueza del siglo XX hacia la prosperidad del siglo XXI. La prosperidad es abundancia de bienestar mental, emocional, físico y material. La crisis económica requiere de una conversión de las inversiones industriales hacia unas ecológicas y la asociación de banqueros, empresarios y comunidad para crear nuevos proyectos productivos sostenibles, generadores de equidad social.
ü  El campo de una Nueva Totalidad, en donde el indicador de gestión que motive la acción sea el impacto social generando Unidad que es diferente a la igualdad. Una nueva común-unidad que genera comunidad inmersa en una conciencia colectiva que materialice el deseo colectivo. Todos Somos Uno.
ü  El campo de una Nueva Telepatía que permita la comunicación espiritual, la transparencia, la honestidad que es decir la verdad sentida en el corazón y que se transmite a través de la energía. Somos receptores y emisores de energía. Cada pensamiento es energía y el campo unificado donde se generan las relaciones de todas las fuerzas del Universo, están cargadas de ondas electromagnéticas con información. Así como un radiotransmisor capta y emite ondas de radio, la mente es una herramienta cibernética que capta y emite información pura y transparente.
ü  El campo de una Nueva Tecnología que es la creatividad como la mejor herramienta cibernética que poseemos y que permite emprender procesos de mejoramiento continúo del desarrollo humano. Nuestros hijos y las nuevas generaciones, están dotados de mejores genes por el mejoramiento generacional y el desarrollo tecnológico que permite a la creatividad la mejor manifestación de la conciencia.
ü  El campo de la Nueva Transformación generada por una r-evolución pedagógica que permita procesos de aprendizaje a través de la experiencia y el pleno desarrollo racional e intuitivo, incrementando el conocimiento y la conciencia. Nuevamente la paradoja de Einstein nos enseña que el peor enemigo del aprendizaje es la educación.
ü  El campo de una Nueva Trascendencia, en donde comprendamos el desarrollo humano como un proceso de Iluminación, trayendo la luz de la conciencia disolviendo la oscuridad de la ignorancia de lo que realmente somos. Somos seres espirituales, almas eternas en procesos evolutivos de conciencia, que no permite unificarnos desde dimensiones físicas con las dimensiones espirituales.
Estos nueve campos son el desarrollo de este documento.
Tenemos la certeza de que con ellos construimos una Nueva Tierra, en donde solo reine el Amor. El Amor es una palabra que ha sido blasfemada pero que significa Unidad. Dios es Amor, el principio de la sabiduría es el amor a Dios, es estar unido a Él y de ahí que el nazareno nos decía Todos Somos Uno.


[1] Producto Interno Bruto
[2] Quién me habló primero de un destino colectivo fue mi amigo Alfredo Sfeir-Younis http://en.wikipedia.org/wiki/Alfredo_Sfeir-Younis
[4] Aunque todavía escuche voces de Benedicto XVI expresando que nadie en soledad podrá conocer a Dios. Espero que realmente se haya arrepentido la Iglesia Católica y permita el pastoreo del Espíritu de verdad para la intimidad de cada verdadero cristiano.