sábado, 12 de marzo de 2016

CAPÍTULO 1. CREEMOS

Voté para la Alcaldía de Medellín 2016/19 por Federico Gutiérrez y me siento en la posición moral para mantener un examen público y permanente sobre su administración, aunque en general, todos la tenemos. Me habían dicho que era un “Caballo de Troya”, pues su discurso respecto al diálogo permanente con la comunidad y su gobierno callejero, en realidad escondía su posición ideológica radical de disciplina y autoridad, como ejes para gobernar.  

En sus primeros 72 días de gobierno, parecen que tienen la razón, pero he decido creerle a Fico y como expresó en su discurso de posesión “…y ante las dificultades siempre estaremos ahí, dispuestos a corregir y enderezar el camino.” Quiero creerle, porque creo que debemos empezar a creer en la gente, transformando esa conciencia colectiva de miedo. Además, tenemos algo en común, y es la inspiración que se siente por una simple palabra de siete letras: CREEMOS.

Fico, está enfocado en tres aspectos: la seguridad, la legalidad y la equidad social. El uno está ligado al otro y por ende, el riesgo de formar un círculo vicioso o virtuoso. Fico cree que la seguridad se resuelve con el poder de la autoridad de las leyes y las armas. Su estrategia se basa en reducir los ingresos económicos de los grupos al margen de la ley y apropiarse del espacio público por parte de la policía. Con pie de fuerza pretende desaparecer la venta de drogas y con la prohibición, su consumo en los espacios públicos. Para Fico, lo anormal es el consumo de drogas y pretende educarnos para que nos deje de parecernos normal. Esta estrategia, atenta contra los tres aspectos, y los hechos, así lo están demostrando. Estamos en el círculo vicioso. La convivencia ciudadana es la causa que tiene como efecto la seguridad, legalidad y la equidad social.

¿El problema es el consumo de drogas o la lucha contra las drogas? Fico dice que Medellín debe dejar atrás la herencia maldita del narcotráfico y la cultura mafiosa. La idea que tiene es acabar el narcotráfico mediante la lucha contra las drogas y los hechos demuestran que esa lucha se perdió. Creemos que el problema de la violencia es la lucha contra las drogas, pues atentan contra la vida y la libertad, que son principios inherentes al ser humano. En Medellín, todos estamos cansados de la violencia, especialmente los grupos al margen de la ley. No hay familia que de una forma u otra, hayan sido víctimas de esta lucha impuesta por una cultura extranjera, que hoy legaliza el consumo recreativo de la marihuana en la mayoría de su territorio.


El consumo de la marihuana es una expresión ancestral en todas las civilizaciones. En Colombia, la ley permite la dosis personal de 20gr. y alguien la tiene que suministrar. OEA dice que se puede pasar de un mercado ilícito a uno lícito. Alcalde Fico, creo que es tiempo de conversar con la comunidad y dejar de tapar el sol con un dedo y llegar a acuerdos sobre el espacio público y el consumo. ¿Qué tal parques de tolerancia? ¿Qué tal que el mercado lícito sea manejado por los expertos en el tema que han arriesgado sus vidas por los problemas de inequidad social, y las apetencias generadas por un consumismo, creado por un modelo de desarrollo enfocado exclusivamente en el crecimiento económico?