Me da mucha vergüenza escuchar por la radio colombiana, una
propaganda contra las drogas, donde se escucha la voz de un niño
expresando "la mata que mata", haciendo referencia a la marihuana o a la
hoja de coca. No he visto la primera mata de marihuana o coca que se
levante de sus raíces y mate. Por el contrario, si he visto como una
industria tabacalera, mata diariamente a 72 colombianos, 26.000 al año,
lo que representa el 15,9% del total de muertes en el país, y una
autoridades, dandole un premio como mejor industrial o empresario, al
Presidente de Coltabaco.
Esa doble moral era propia en
el modelo de desarrollo con base en el crecimiento económico. Por un
lado, la lucha contra las drogas, eleva los precios de la droga en las
calles de los países consumidores, de tal manera, que la economía se
alimenta de un dinero circulante abundante, proveniente de una ley
corrupta, violenta e inequitativa. ¿Cuando se coge un capo de un cartel
de EEUU? ¿Existe carteles en EEUU? Donde se queda la mayor cantidad de
dinero, en el negocio del narcotráfico, ¿en los países productores o en
los consumidores?. Por otro lado, la industria del tabaco, representa
dividendos a la industria de la salud, pues se gasta anualmente $4,2
billones de pesos para tratar a la enfermedad de los 26.000 enfermos que
luego fallecen, que sumados a los dividendos de la industria
tabacalera, representan ingresos para el fisco colombiano.
¿Qué podríamos hacer para la construcción de equidad social con esos 4,2 billones de pesos anuales?
La
sociedad está tan educada o conductada por los intereses de este modelo
de desarrollo, que la inmensa mayoría trata mal al que fuma marihuana,
al referirse a él como marihuanero que es sinónimo de pendenciero,
delincuente, antisocial, criminal, mientras se fuman un cigarrillito en
las mañanas en la oficina, con un tintico, antes de trabajar, para
"despertar" y ser más productivo y la señora de los tintos, le lleva el
infaltable compañero del cigarrillo del gerente, a su lujosa oficina.
Estos fumadores moralistas, matan anualmente a 3.044 colombianos por
tabaquismo pasivo.
El 5% del peso de la hoja de tabaco,
es nicotina que es un potente veneno, que en bajas dosis se convirte
en estimulante y es una de las drogas más adictivas del mundo, causante
de la adicción de los 26.000 fumadores que anualmente se mueren en
Colombia y de los adictos del mundo, que representan la mayor proporción
de causas de muertes en el mundo. ¿Cuál es la mata que mata?
Solo
quiero referirme al cigarrillo, por la noticia de esta semana, que paso
de agache en los medios de comunicación y que solo generó, uno que otro
comentario en los comensales de los bares que acompañan sus traguitos
con un cigarrillito. ¿Traguito? ¿Es la otra industria que mata pero que
la requerimos, para que los padres de familia de los colombianos, se
alcoholicen y así, poder pagar a los profesores de sus hijos, en las
escuelas públicas?
Los que hacen las leyes para
luchar contra las drogas, son los mismos que las hacen para apoyar la
industria tabacalera y del alcohol, y son los mismos que crean las leyes
que determinan, que con los impuestos al consumo de las bebidas
embriagantes, se pague a los profesores de las escuelas públicas, que
les deben enseñar a los menores de edad, que el consumo del tabaco y el
alcohol, está prohibido para ellos, más no para sus padres. Son los
mismos legisladores, que obligan a etiquetear en las cajas de
cigarrillo, que su consumo es dañino para su salud y las acompañan de
fotos bastantes morbosas y son los mismos que legislan, que se debe
etiquetear en las botellas embriagantes, que el exceso del alcohol,
también es perjudicial para la salud.
Diran
algunos, que si nos hemos equivocado con la legalización del tabaco y
del alcohol, pues no debemos equivocarnos con la legalización de las
drogas. Este argumento, es como el de la avestruz que entierra su cabeza
para no ver el peligro. El problema del consumo de tabaco, alcohol y
droga no se resuelve con la prohibición, es más, con prohibir no se
resuelve nada, por el contrario, la prohibición es un ingrediente que
tiene el ser humano para hacer lo que se le prohíbe.
El problema no es el consumo, es el abuso y la falta de pedagogía sobre su uso.
Desde
la cultura ancestral de nuestros padres indígenas, el tabaco, la coca y
la marihuana, junto con otras plantas que alteran la conciencia, son
Plantas Sagradas, Plantas Medicinales.
Alterar la
conciencia no es un problema, por el contrario, no alterarla en esta
sociedad, es el problema. De ahí surge la demencia, el de-mente, que
disocia la razón del corazón, el pensar del sentir, ambas atributos de
la mente. Al disociar su mente, la desarmoniza y enferma su cuerpo
mental, emocional y físico. Y el demente, encuentra en su propia razón y
lógica, la causa de su actuar, olvidándose del sentir del corazón, que
nos unifica a los unos con los otros, a través del Amor, empezando por
el Amor a sí mismo. De los 26.000 fumadores muertos, 6.776 mueren por
problemas cardiacos relacionados con el tabaco y cabe recordar, que el
centro energético del corazón,cuya esencia es el Amor, afecta a corazón y
pulmones, la esencia del fumador de cigarrillo.
Esta
sociedad abriga a la razón y desprecia al corazón, y ahí surge la
demencia, que cuando es colectiva, sus síntomas se popularizan y se
mimetizan entre todos, creyendo que somos una sociedad sana, cuando la
verdad, es que estamos enfermos y adictos a algo externo a nosotros
mismos. El egoísmo y la codicia al dinero, es una adicción, al igual que
el poder.
Para amarnos, debemos empezar a comprender
quienes somos realmente y es ahí donde surge, la importancia de la
espiritualidad y la conciencia. Salir de la mediocridad, es decir, del
medio que nos someten a estar los que ostentan la adicción del dinero y
del poder, solo es posible a través de la espiritualidad y la
conciencia.
La glándula asociada con la entrada del
alma y el conocimiento espiritual, se llama glándula pineal. Esta es la
glándula que segrega la molécula dimetiltriptamina (DMT), el
ingrediente activo de la Ayahuasca, la planta más sicodélica del mundo.
La DMT es una substancia producida por el cuerpo humano, y es
producida en grandes cantidades al nacer, al meditar, y en la muerte.
En la glándula pineal y su relación directa con el sistema endocrino,
podemos producir DMT y sanarnos, amandonos a través de los procesos
espirituales de la meditación y aprendiendo a sentir y pensar, que es el
desarrollo de la conciencia.
Los ancestros indígenas y
la humanidad entera, ha buscado en las Plantas Sagradas, el camino de
regreso a casa, el regreso a nuestra Magna Presencia de Dios, el Cristo
Interno, la Luz. Y en el camino, cuando se comprende a través de las
experiencias de los estados alterados de conciencia, que la DMT está en
nuestro interior, se cesa ese camino y se emprende el camino interior,
por medios personales y es ahí donde surge el Maestro Ascendido.
Los
rituales a Baco, los rituales alrededor del fuego y el tabaco, el
consumo de Plantas Sagradas, así como los rituales en los Templos del
Amor, rituales al Sol, la Luna y la menstruación, la meditación profunda
como lo enseño el Maestro Jesucristo, al predicar sobre la oración, son
experiencias espirituales que activan DMT y nos conducen a sentir y
pensar sobre nuestra cotidianidad y al encuentro con el Dios Padre /
Madre, trascendiendo el monopolio de lo patriarcal por la comunión de lo
patriarcal con lo matriarcal. Estas son experiencias propias del nuevo
modelo de desarrollo, el Desarrollo Sostenible, sustentado en el
Desarrollo del Ser Humano, que nos llevara de la razón al corazón y con
él, la Salvación de la Humanidad. Y se me queda en el tintero, la
agroindustria sostenible del cañamo.
¿Cual será la industria que verdaderamente mata?
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