Alguien me decía que en nuestra cultura colombiana, a la gente no le
gusta hablar del Ser sino de lo contrario, la Res. Y que en internet, la gente
le gusta cambiar enlaces rápidamente y que debería escribir más corto y light,
porque como escribo nadie me lee. Puede tener razón, pero si yo me acomodo a
este formato de vivir ¿para donde va Vicente? para donde va la gente, rápido y
ligero, siento que hago parte del problema en que está mi Colombia. Prefiero
atraer a esa masa crítica que reflexiona y ama, y aportar un grano de arena a
la construcción de una Colombia sostenible.
Hoy, 8 de julio de 2012, nuestra Colombia no es sostenible, es decir, no
hay un equilibrio entre las partes que la componen: el sector público, privado,
social y la abundancia en riquezas naturales que nos rodean por todas partes.
Parecemos un rico que se muere de hambre porque no puede comer. La corrupción
ha des-institucionalizado lo institucional y su punto cumbre fue la reforma a
la justicia que cayó por el poder social de la mano del cuarto poder: los
medios de comunicación. La inmensa mayoría de la opinión pública no cree en la
rama ejecutiva (presidencia, gobernadores y alcaldes), la rama legislativa
(senado, cámara, asambleas y concejos) ni en la rama judicial (cortes de
justicia, jueces). No cree en los políticos ni en los empresarios, porque la
corrupción es de doble vía y la acumulación de riqueza y la falta de
oportunidades, crea las desigualdades sociales que vivimos. Coexistimos con el
narcotráfico que alimenta la guerrilla, las BACRIM, los combos, los
paramilitares, aunque digan que no existen. Somos la quinta economía del mundo
más inequitativa y mi Medellín, es la ciudad más inequitativa de Colombia. Y
sin embargo, los negocios continúan, el crecimiento económico, los tratados de
libre comercio, la inversión extranjera, la violencia intrafamiliar, los abusos
sexuales, los conciertos, el fútbol, la rumba, el licor, el consumo de drogas
naturales y sintéticas, en medio de una pandemia respecto a la salud mental.
La inmensa mayoría de los 45 millones de colombianos, seguimos creyendo
que como Colombia no hay otro y que este es un paraíso, donde si existiera la
paz, seríamos potencia mundial y que cuando Dios pensó en El Edén, pensó en
América y su capital, Colombia. Hay que ser colombiano y/o vivir en Colombia,
para comprender desde la razón, porque amamos a Colombia y que está todo por
hacer. Colombia es pasión, aunque esa frase ya la quitaron las autoridades de
turismo, por lo ocurrido en Cartagena con los hombres de seguridad de Obama y
eso en algo refleja, porque no creemos en la institucionalidad.
Me disculpan hablar en primera persona, pero Yo estoy muy feliz con el
estado en que estamos. Estamos en el punto de inflexión, en un hito histórico,
de re-construir la Colombia que queremos, con la integración de todos,
absolutamente todos los colombianos, porque el que esté libre de culpa, que
tire la primera piedra. El mismo amigo que me decía sobre escribir corto y
light, me enseñó que inclusión es una cosa e integración es otra. La política
de inclusión del sector social es una invitación a que ellos participen del
establecimiento ordenado por los sectores privado y público. La política de
integración del sector social es una invitación a que ellos participen en la
estructuración de un nuevo establecimiento ordenado por todos los que aquí
vivimos. Y la carta de navegación es la Constitución Política de 1991.
Debemos aceptar que la situación actual es responsabilidad de todos, sin
exclusión de nadie. Y debemos de creer en nosotros mismos, en nuestra cultura e
idiosincrasia, en nuestra constitución política, porque nadie puede dar lo que
no tiene, y solo los colombianos sabemos cómo es vivir y sobrevivir, en este
caos en que vivimos y ningún país en el mundo, ni ninguna doctrina
socio-política extranjera, puede ordenar el caos que hemos creado, porque no
nos conoce.
Si aceptamos esto podemos cambiar.
Nuestra propuesta es articularnos en el mundo como una Cultura
Emprendedora Sostenible que ha creado Comunidades Productivas Sostenibles y que
quiere mostrar al mundo esta transformación social y ambiental, a partir de un
sector productivo transversal: el turismo sostenible.
Me enseñó un drogadicto rehabilitado que se montó en el bus para vender
un kit escolar y así sostener la fundación a la que pertenecía, que lo que era
desechable para la gente, era reciclable para Dios. Debemos incorporar la ética
en lo que hacemos y con ella, podemos reciclarnos en este tipo de cultura, que
gracias a los legisladores, tiene marco legal, la ley 1014 de 2006.
Nuestra propuesta es viable si redefinimos tres conceptos: política, es
la ciencia que protege al ser humano; ética, es hacer sin dañarse a sí mismo ni
a nadie; moral, es una forma de hacer las cosas, aceptada por la inmensa
mayoría. Debemos construir desde la democracia, la forma de hacer política con
ética y así, que el sector público, sea el punto de apoyo de la balanza de la
justicia y el equilibrio del sector privado y el sector social, enmarcados en
la exuberancia ambiental que tenemos. Equilibrio es Sostenibilidad. Necesitamos
una r-evolución sostenible para Colombia, donde la r-evolución es pacificadora:
este es el verdadero centro de una democracia.
Por sus frutos, re-conoceremos quién es un político sostenible. Los
medios de comunicación y las redes sociales, serán los que divulguen sus
frutos, a partir de sus propuestas y obras. Y como el poder social vota, será
el verdadero poder político para definir a quién escucha y por quién vota.
Por sus frutos, re-conoceremos quién es un empresario sostenible. Los
medios de comunicación y las redes sociales, serán las veedurías que divulguen,
que empresa produce bienes y servicios sin que nos dañen su consumo, ni dañen
la naturaleza. También el poder social divulgará quién tiene buenas prácticas
sociales y ambientales reales, no usando
la publicidad para engañarnos. Como este poder social consume, será el verdadero
poder económico, para definir que consume y a quién.
Por sus frutos, re-conoceremos quién es un líder social sostenible. Los Planes
Participativos de Desarrollo Local, de los barrios, comunas y corregimientos,
son la carta de navegación por donde deben navegar, los proyectos productivos
comunitarios, independientes del gobernante de turno. El gobierno comunitario
de las Juntas Administradoras Locales, las Juntas de Acción Comunal y las Mesas
Ambientales, entre otras, deben ser el reflejo de la democracia social. El
sector público, como pivote del equilibrio, deberá promover la asociación del
sector privado y el sector social, para emprender este tipo de proyectos
productivos comunitarios.
A través de la Responsabilidad Social Empresarial, el sector privado
deberá construir la equidad social y la prosperidad, en medio de la seguridad y
la libertad, para mantener la paz, como un resultado lógico y natural de hacer
con ética y moral, las cosas.
Todos debemos ser vigías del desarrollo sostenible. La denuncia ante las
autoridades competentes, a través de mecanismos expeditos que generen confianza
al denunciante y la eficiencia y eficacia de los mecanismos de control, serán
la estrategia para asegurar la denuncia como vector de construcción de una
nueva sociedad. Y más allá del control a través de la fuerza, se debe promover
el aprendizaje de la conciencia, del desarrollo del Ser Humano, re-conociendo
sus atributos esenciales: espíritu, mente, emociones y cuerpo; con el fin de
promover la auto-gobernalidad y la auto-sostenibilidad. Quién aprende a amarse
a sí mismo y vive la experiencia espiritual, y aprende a amar a los demás, no
requiere de una ley, de una veeduría, de una autoridad, de una fuerza pública,
para actuar con ética y dentro de una moral.
Debemos construir espacios para la re-conciliación de todos. Que el que
haya delinquido o este por fuera de la ley, pueda insertarse en la vida social
de esta nueva construcción. La pobreza sin oportunidades es una gran esclavitud
y en medio de una publicidad masiva de consumismo y de una felicidad
fantasiosa, creamos condiciones para la corrupción y la delincuencia. Estoy
seguro que los que viven por fuera de la ley, están cansados y quieren una vida
mejor, con oportunidades reales. Los universitarios son nodos de paz que viven
en los barrios, comunas y corregimientos, que conocen sus vecinos, sus
problemas, y pueden acompañar a construir ideas que pueden llegar a ser,
oportunidades de negocios.
Debemos aprender a creer en nuestra propia idiosincrasia y crear
espacios de re-creación, para con-versar, generando acción, para aprender en
formación social y política. Quién le gusta visitar un parque se convierte en
sospechoso. Salgamos a los parques, como sitios de conversación y a partir de
encontrar común-unidad, aprender a crear una cultura que promueva comunidades
productivas. Debemos aprender a conversar sobre temas como: la droga, el
alcohol, el tabaco, los bancos, el crecimiento económico, la sexualidad, la
familia, la educación, la religión, la política.
Si hoy es legal el consumo de la dosis personal, que hayan espacios de
fumadores y no fumadores, pero que haya un gran espacio para el aprendizaje y
la sanación. La industria farmacéutica, es líder mundial y hay millones de
personas adictas a estas drogas, avaladas por las autoridades de salud, aún
cuando los usuarios padecen contraindicaciones y síndromes de abstinencia que
llegan a la muerte. Las plantas sagradas son medicinas que se vuelven un
problema de salud pública e inseguridad nacional, cuando su consumo es
ilimitado. He consumido marihuana, pero he aprendido sobre su consumo y hoy
reto a cualquiera, para que me hagan una muestra de sangre y verifique si hoy
la consumo. No estoy defendiendo mi propio consumo, estoy defendiendo la salud
pública; y el uso del cáñamo, en la medicina, es ancestral y debemos aprenderlo
y usarlo. Y qué decir, del cáñamo en la industria de ropa y otros usos.
“El turismo
sostenible en su sentido más puro, es una industria comprometida a hacer un
bajo impacto sobre el medio ambiente y cultura
local, al tiempo que contribuyen a generar ingresos y empleo para la población
local.”[1]
Tenemos que mostrar ante el
mundo. Hemos pasado por tantas dificultades que hemos aprendido de ellas y el
mundo está necesitado de aprender de estas experiencias. El primer mundo ha
promovido un desarrollo con base en el crecimiento económico y hoy la
experiencia nos enseña que no genera desarrollo del ser humano. El hombre más
rico del mundo no es el hombre más feliz del mundo y el hombre más rico de
Colombia, no es el hombre más feliz de Colombia.
El tener en EEUU y Europa no han traído el Ser en sus ciudadanos. Y
cuando uno tiene y no es, entra en un problema emocional muy grande, que se ve
reflejado en una juventud enferma, carente de estímulos, suicida, drogadicta y
alcohólica. Una tonelada de cocaína decomisada, nos habla de 1´000.000 de dosis
personales; ¿Qué % del consumo de cocaína se decomisa en el mundo? Estos seres
humanos quieren conocer de nuestra experiencia. De cómo pasamos de una cultura
del narcotráfico hacia una cultura sostenible. En ambas historias, prevalece la
cultura emprendedora, solo que la primera no era sostenible, pero gracias a
ella, podemos crear una sostenible, que el mundo necesita. En ausencia de la
oscuridad, la luz no sería luz.
Podemos hacer enormes aportes a la solución al cambio climático. Nuestra
posición geográfica, nos hace víctimas del cambio climático, generado por países
como los EEUU. El régimen de vientos y nuestros dos mares, en una zona como la
de la línea del ecuador, generan los fenómenos del Niño y la Niña, con sus
inestabilidades, provocadas por el cambio climático. ¿Cuánto nos ayuda los EEUU
para solucionar el problema de las inundaciones?
¿Por qué seguir este tipo de modelo de desarrollo si tenemos la oportunidad
de hacer un viraje sutil pero contundente, y potenciarnos ante el mundo como
una región sostenible, que tiene en el desarrollo del ser humano, el sustento
del equilibrio entre lo público, privado, social y ambiental? ¿Por qué no
mostrarnos ante el mundo, como una cultura que fue capaz de salir de su
oscuridad y que gracias a ella, buscamos una luz, en el desarrollo del ser
humano y construimos un equilibrio entre el desarrollo social, ambiental y
económico?
Tenemos todo por hacer y el miedo que hoy tienen nuestros gobernantes y
empresarios, tiene solución en la construcción de un nuevo equilibrio y así
comprender que el poder social, ora, vota y consume, y que integrarlo a la
construcción de un nuevo establecimiento, crea un poder espiritual, político y
económico, que el mundo necesita conocer.
Un abrazo
ALARAMON.
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