sábado, 19 de noviembre de 2011

CUANDO DIOS HIZO EL EDEN, PENSÓ EN AMÉRICA


La Nueva Tierra es construir el Cielo en la Tierra.
Es una profecía de todas las religiones que la expresan en diferentes formas pero con el mismo fondo. Esta promesa es la Eterna Salvación.
Hay quienes creen literalmente que la salvación es después de la muerte y vivirán eternamente adorando a su Dios en el cielo. Para estos creyentes, nosotros que deseamos construir la Nueva Tierra somos sus enemigos, hijos del gran enemigo de su Dios. Estos creyentes para mí son mis amigos y hermanos al ser hijos del mismo Dios y les pido que se acojan a la enseñanza de nuestro Maestro Jesucristo que nos enseñó a que amaramos a nuestros enemigos. Así que de ahora en adelante, tengo más seres humanos que me aman, gracias a Dios y a su Hijo Jesús.
Si somos seres espirituales viviendo una experiencia física, es bastante razonable que en donde vivan esos seres es un Cielo. Cuando el ser humano Ama a Dios con todo su corazón, con toda su alma y con toda su mente, adquiere sabiduría y Amor y eso se reflejará en todo lo que haga y una Humanidad amando de esta manera a Dios, pues vivirá en un Cielo lleno de unidad espiritual, sabiduría y Amor. ¿Acaso no es lo que queremos todos? Considero que si mantenemos la Tierra como un Infierno y nos llega la muerte ¿cuándo aprenderemos a vivir como si estuviéramos en el Cielo? A no ser, que Dios nos lo haga todo, seamos unos vagos o unos hijos malcriados y nos la pasemos todo el tiempo alabándolo como parte del pago.
Recuerden, amen a sus enemigos, respirar, 1,2,3,…10, me sigues amando, me sigues amando, me sigues amando, gracias a Dios y a su Hijo Jesús.
Causalmente (la casualidad no existe en el juego de Dios), me encontré en una página web islam[1] lo siguiente que trascribiré literalmente:
“El cielo existe, dijo, pero no es un lugar físico donde localizar a Dios. "El cielo descrito con tantas imágenes en las Escrituras no es una abstracción entre las nubes, sino una relación viva y personal con Dios", afirmó el Juan Pablo II, en el Aula Pablo VI, donde impartía una sesión de catequesis.
El cielo se entiende como "la casa de Dios", explicó, pero sólo en un plano metafórico. Dios "ni se identifica con el cielo ni puede ser recluido en el cielo", añadió el Pontífice.
Los teólogos de la Compañía de Jesús recuerdan en el último número de su revista Civiltà Cattolica, supervisada por el Vaticano, que "el infierno existe y es una verdad de la fe, pero no es un lugar".
Los jesuitas afirman ahora que se trata sólo "de un estado del alma, un modo de ser de la persona en la que ésta sufre la pena de la privación de Dios".
Cuando niños se aprende que el infierno es el fuego y que está bajo tierra. Así lo describió Dante en la Divina Comedia y lo pintaron El Bosco y Beato Angélico. Los jesuitas dicen ahora que no están de acuerdo. El fuego, para los teólogos ignacianos, es sólo una imagen, una metáfora sobre el estado de sufrimiento de "todo ser humano por el hecho de estar privado de Dios". Y el hombre "se autocondena" no cuando se equivoca ocasionalmente, sino cuando niega a Dios "para afirmarse a sí mismo".
Cuando el Ser Humano ama a Dios con toda su alma, corazón y mente, sus obras deben afirmar que hace la Voluntad Divina y que él solo es un instrumento Divino, lo que realmente es un ser espiritual. Y estoy completamente convencido que la Voluntad dé Dios es que vivamos en sabiduría y amor a través de la unidad espiritual, los unos con los otros y eso es el Cielo. Somos templos del espíritu y por consiguiente, una Humanidad espiritual vive en “La casa de Dios” que se llama Planeta Tierra y eso es el Cielo.
Dios es Amor y tenemos la posibilidad real de construir el Cielo en la Tierra.
Nuestros antepasados ancestrales indoamericanos tienen esa misma profecía y la llaman el encuentro del águila y el cóndor.
En la historia de la Humanidad no ha habido un holocausto más cruel que el ocurrido con nuestros ancestros indoamericanos. A partir del 12 de octubre de 1992 los invasores provenientes de Europa mataron, violaron, saquearon y esclavizaron a nuestros padres en el nombre de Dios, como nadie nunca lo había hecho ni lo ha hecho a la fecha. Y somos tan amorosos los nacidos en estas tierras, que celebramos el día de la raza el 12 de octubre y la Semana Santa cada año.
En el nombre de Dios se han matado judíos, árabes, cristianos, hindúes, africanos, yorubas, entre otros. Podemos leer los libros sagrados y en la historia corren ríos de tinta describiendo los ríos de sangre que han fluido en el nombre de Dios. Si algo ha caracterizado a nuestra Humanidad son las guerras santas. Y a lo largo de la historia, que me digan un holocausto mayor a la que ocurrió en nuestras tierras americanas con nuestros ancestros. Todos escriben sus propias historias, muchos justifican sus temerarias acciones, mientras nosotros los indoamericanos celebramos el día de la raza. Y sin embargo, no corren por nuestra sangre sed de venganza sino por el contrario, un deseo inmenso de que la Humanidad entera sea sabia y amorosa.
Es tan grande el holocausto ocurrido en estas tierras y especialmente la generada por los Reyes Católicos de España, que esa mentalidad de miedo paso de gen-eración en gen-eración y hoy todavía nos sentimos los latinos ser del “tercer mundo”. Aceptamos este condicionamiento mental de nuestra libertad. Acogemos a todas las nacionalidades mientras los latinoamericanos son los encargados de los “trabajos sucios” en los países “del primer mundo”. Somos sudacas para muchos y lo triste, es que deseamos los estilos de vida que venden los “países desarrollados” y no valoramos lo nuestro.
Pero América es exuberante y como lo sabía Nino Bravo, cuando “Dios hizo el Edén, pensó en América”[2] y como la mente crea todo, El Edén es América, el Paraíso es América y de aquí construiremos la Nueva Tierra, el Cielo en la Tierra.
Somos in-dios, tenemos a Dios dentro de sí y eso era la enseñanza ancestral, aunque la historia educada por españoles y sacerdotes, aprehendida por nuestros padres y educadores y repetida en las escuelas como verdad irrefutable, es que nuestros padres ancestrales eran salvajes y se sacrificaban unos a otros. ¿Cuántos indios se sacrificaron para Dios por parte de los civilizados españoles para darle gusto? Sé que por culpa de la campaña libertadora que nos dio la independencia de España, hoy no somos los actuales campeones mundiales de fútbol y sé que esta lengua castellana es hermosa, cada día la amo más y como dice Juanes, aquí se habla español con mucho gusto. Por eso somos indios, amamos a nuestros enemigos y sabíamos que no hay mal que por bien no venga y que estos 510 años de oscuridad precedían una era de luz.
Por nuestros ancestros, en nuestra sangre amamos a Dios antes de conocer a Jesucristo, amamos al Maestro Jesucristo después de conocerlo y queremos construir una Nueva Tierra con base en la vida espiritual y el amor. A través de la espiritualidad, aprendimos amar a la Madre Tierra, a la Pachamama y en eso nos parecemos a nuestros hermanos africanos que amaban a los orishas[3] y por eso sabemos que la naturaleza está compuesta por seres vivos y que Gaia es un ser vivo. Ya sé que ahora mis enemigos dicen que soy practicante del vudú y aunque respeto a todas las religiones, sectas y ritos, incluida la primera religión que se tiene historia de ella, la Yoruba[4], aunque a veces no me lo crean, soy cristiano pero sin apellidos.
Las religiones son puentes del universo físico a la dimensión espiritual. El fin no es el puente, el fin es cruzarlo y vivir la experiencia espiritual. Todas las religiones sirven y sirven al mismo Dios porque Dios es Todo y no hay nada por fuera de él. Para quién escribe y comparte con ustedes sus reflexiones, la conciencia del Cristo es mi puente, es mi intermediario entre Dios y yo, pero atravesé el puente y vivo con la experiencia espiritual y eso no significa que deje de amar a mi puente, por el contrario, lo amo infinitamente porque me permitió el camino. Ama infinitamente a tu religión pero te sugiero que atravieses el puente. La salvación no es creer en el puente, la salvación es creer en lo que no se ve para que puedas ver. La salvación es por fe y sin fe no puedes amar a Dios. Por eso al final de los tiempos, el amor a Dios será el único puente, y por eso, muchos amantes del poder se molestan y nos tratan como enemigos. De hecho, ¿qué te lleva hoy a escoger una determinada religión? El querer tener una experiencia espiritual con Dios.
América mayoritariamente profesa la religión Católica Apostólica y Romana y por eso utilizo preferencialmente las citas bíblicas. Católico significa Universal, apostólico es llevar el mensaje de Jesucristo y Romana es aceptar la doctrina de Roma. Por Juan Pablo II ya sabemos que no existe en las nubes el Cielo ni en el centro de la Tierra el Infierno y que solo es cuestión de un estado del alma. Si reflexionan en el evangelio de San Juan y en las cartas de San Pablo, especialmente la de los Romanos y la de los Gálatas, sabrán que el fin no es el puente de la religión sino la experiencia espiritual con Dios que nos dará un estado del alma que nos llevará al Cielo en vida sin esperar a morir para vivirlo.
Por eso entre todos vamos a construir la Nueva Tierra, desde el espíritu y el amor.
El águila representa la razón de Norteamérica, el cóndor representa el co-razón de Suramérica y los invito a que se re-creen en el siguiente enlace[5] donde detallan esta profecía. Por eso, nuestros hermanos green-go´s y canadienses son más racionales y nuestros hermanos latinos más emotivos, especialmente los argentinos. Reflexiona en el holón tierra de los mayas y verás porque somos como somos.
Si ya pasaste por el enlace, comprenderás porque mi amada Colombia ha tenido el pasado que ha tenido. A parte de la invasión española que padecimos los latinos y la experiencia libertadora a punta de armas y machete, los colombianos hemos experimentado la guerra de los mil días[6] en la transición del siglo XIX al XX, donde nos separamos de Panamá; además, una guerra civil entre liberales y conservadores[7] que tuvo su ápice con la muerte de Jorge Eliecer Gaitán, político liberal en abril de 1948 y desde ahí surgió la famosa guerrilla colombiana al mando de Manuel Marulanda alias “Tirofijo”. Vamos a cumplir 63 años consecutivos de violencia que se recalcitró con la corrupción, la pobreza, la falta de oportunidades, el narcotráfico y el paramilitarismo. Se ha librado una guerra entre colombianos y hoy se libra en las calles urbanas y en el campo.
Lo paradójico es que si vienes a Colombia[8] el único peligro que tienes es el de querer quedarte[9]. En ausencia de la violencia, la paz no sería paz y hoy mi Colombia quiere la paz y la está construyendo, desde la razón y el corazón. Tenemos la experiencia que necesita hoy México con el tema del narcotráfico y un Estado socialmente narcotizado y tenemos la experiencia que necesita el mundo con el tema ambiental y el conocimiento de nuestros hermanos de la Sierra Nevada de Santa Marta. Tenemos razón y corazón.
La razón y el corazón se armonizan por la boca y la racionalidad norteamericana se debe unir a la Suramérica emotiva por acciones re-conciliatorias motivadas por palabras de unión. Debemos aprender a pensar y sentir y con ellas actuar. En la línea del fuego de la guerra, se debe pensar y sentir y eso los colombianos lo sabemos, aunque apenas lo estemos aprendiendo. La línea del “ecuador” significa la línea de la igualdad y la boca armonizada iguala la razón y el corazón. Como colombiano que yo soy, nos apropiamos de nuestra posición geográfica y experiencia socio-política, para motivar a que sea una realidad tangible física lo que intangiblemente en el espíritu ya es, la realidad de la unión del águila y el cóndor.
Somos americanos los que nacemos desde Alaska hasta la Patagonia. La racionalidad sin corazón lleva a la demencia y algunos lo reflejan creyendo que América solo es USA.
Somos más de 500 millones de Seres Humanos en 16 países con la misma lengua española, el mismo origen ancestral y su sabiduría en la armonía con la Madre Tierra, el Padre Sol y la abuela Luna; tenemos las riquezas naturales que tanto necesita el mundo y el poder social para vivir en una Nueva Tierra donde predomine el desarrollo sostenible sustentado en una conciencia ecológica que incluya el desarrollo del Ser, el desarrollo social, el desarrollo ambiental y el desarrollo económico. Tenemos la mayor biodiversidad fuera de la naturaleza, en la muestra cultural manifestada en todas sus étnias: india, negra, mestiza, mulata entre otras y que el mundo quiere y necesita conocer.
Somos un último imperio, el Imperio Indoamericano, donde cabemos todos lo que hemos construido a América, provenientes de todo el mundo. Somos ricos en recursos humanos y naturales y solo necesitamos creer en lo nuestro. Somos el Imperio del Sol como lo expresaban los Incas, el Imperio del Amor.
Nuestros hermanos norteamericanos nos están enseñando con su experiencia que el modelo de desarrollo económico no trae la prosperidad ni la felicidad. En otras palabras, que el desarrollo económico no trae el desarrollo humano. En 2008 se incautaron 418 toneladas de cocaína[10] lo que significa que si 1gr. es una dosis personal, se incautaron 418´000.000 de dosis personales y creo que se trafica muchísimo más de lo que incauta. ¿Cuánto? No lo sé, pero muchas de esas dosis van a parar en el cerebro de millones y millones de hermanos norteamericanos que usan este tipo de drogas dado que tienen la capacidad económica para consumirlas, en contravía de su poco desarrollo humano.
La hoja de coca y las plantas sagradas en general son consumidas en la medicina tradicional chamánica y su carácter sagrado difiere mucho del consumo de cocaína industrial que hoy existe. Hablare especialmente sobre este tema en próximos días porque considero que las drogas se deben legalizar y hacer un pacto de reconciliación e indulto entre todos los actores de esta industria. Sin embargo, dejaré una pildorita. El grupo más aguerrido defensor del Islam en la edad media se les llamaba ashas o ashashins, se entrenaban en monasterios (ribaths) en devoción y en el combate y utilizaban en sus empresas de guerra el cannabis y de ahí surgió el nombre de hashish.
Cuando uno está enfermo necesita de medicinas y ellas están en la naturaleza. Cuando uno depende de las medicinas todo el tiempo, se vuelve drogo-dependiente y jamás se sanará. Hay muchos enfermos mentales drogados por la ciencia médica y no salen de su enfermedad por la drogo-dependencia y ellos lo saben, pero eso es consumo y el consumo es desarrollo económico para la industria farmacéutica.
Los hermanos norteamericanos que consumen masivamente este tipo de drogas, están enfermos emocionalmente y/o mentalmente, unos por defecto del uso de las emociones y otros por el exceso del uso racional de la mente.
Tenemos la oportunidad de crear un modelo de desarrollo sostenible que incluya lo humano y lo económico y con él, podremos construir nuevamente el Cielo en la Tierra, regresar al Edén y por eso, cuando Dios hizo al Edén, pensó en América.
Una última cosita, en la guerra de los mil días, en Colombia murieron más de 130 mil colombianos cuando solo éramos 4 millones de habitantes y el “…entonces Arzobispo de Bogotá, Monseñor Bernardo Herrera Restrepo, iluminado por una luz interior, vio que la única solución en situación tan desesperada era acudir al Sagrado Corazón de Jesús[11].
Gracias a la participación de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, mi país salió de esa guerra y gracias a esa misma iglesia, conocí por primera vez el nombre de Jesucristo en boca de mi amada madre que es devota a esta iglesia y gracias a los españoles, que trajeron esa iglesia a América, conocí a quien considero mi Maestro y soy su seguidor.
Como la magia no ha de faltar jamás y el mago conoce el poder de la palabra y la oración:
Invoco al Sagrado Corazón de Jesús para que América sea El Edén, y con su impacto social y ambiental en todo el mundo, entre toda la Humanidad construyamos el Cielo en la Tierra: la Nueva Tierra. Donde todos, absolutamente todos los que estamos vivos hoy, tenemos cabida en ella. Sólo es cuestión de creatividad emanada de la conciencia, honestidad y responsabilidad.

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